Tormenta
Estoy en la ventana de mi casa entre la nada y el silencio.
A lo lejos los arboles se agitan con el aire de la desesperación y la duda.
Los picos de las montañas están ocultos tras la temprana oscuridad de los miedos.
Se avecina una tormenta interior de las fuertes, lo huelo, lo presiento.
Un remolino agita el polvo de las cercanías.
La angustia del maullido y preocupación de uno de mis gatos a la huida
No hay vida allí fuera y los dioses miran para otro lado.
Te posee y olvidas que en algún momento terminara
La soledad mas absoluta viene de la seguridad de que no es temporal.
Te arranca la esperanza desde dentro como quien quita el corazón de una manzana antes de devorarla.
Quema las ganas de vivir, deja el miedo a morir.
Abre mi pecho con la daga de la verdad.
Escribe estas letras con el pus de las heridas
Me enfrenta a mi mismo, me hace llorar, me hace sonreír.
Me desorienta como ninfómana con dolor de cabeza.
Cuando menos me lo espero salta encima y me hunde en el turbio mar de mis recuerdos.
Esa maldita niebla que viene de mi interior y no quiero reconocer.
Esa facilidad para culpar a los demás de mi errores
La misma fuerza de carácter que me impulsa hacia delante, pone distancia con el resto del mundo.
Maldito. Bendito. Carácter
Debo dejar de escribir... Tengo que rendir cuentas... conmigo.
A lo lejos los arboles se agitan con el aire de la desesperación y la duda.
Los picos de las montañas están ocultos tras la temprana oscuridad de los miedos.
Se avecina una tormenta interior de las fuertes, lo huelo, lo presiento.
Un remolino agita el polvo de las cercanías.
La angustia del maullido y preocupación de uno de mis gatos a la huida
No hay vida allí fuera y los dioses miran para otro lado.
Te posee y olvidas que en algún momento terminara
La soledad mas absoluta viene de la seguridad de que no es temporal.
Te arranca la esperanza desde dentro como quien quita el corazón de una manzana antes de devorarla.
Quema las ganas de vivir, deja el miedo a morir.
Abre mi pecho con la daga de la verdad.
Escribe estas letras con el pus de las heridas
Me enfrenta a mi mismo, me hace llorar, me hace sonreír.
Me desorienta como ninfómana con dolor de cabeza.
Cuando menos me lo espero salta encima y me hunde en el turbio mar de mis recuerdos.
Esa maldita niebla que viene de mi interior y no quiero reconocer.
Esa facilidad para culpar a los demás de mi errores
La misma fuerza de carácter que me impulsa hacia delante, pone distancia con el resto del mundo.
Maldito. Bendito. Carácter
Debo dejar de escribir... Tengo que rendir cuentas... conmigo.
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